El desorden es el mejor servidor del orden establecido... Toda destrucción confusa debilita a los débiles, enriquece a los ricos, aumenta el poder de los poderosos.
Feliz el servidor capaz de soportar con paciencia las correcciones, las acusaciones y las reprensiones que le vienen de otro como si se las hiciera él mismo.
Si de algo me jacto, es de haber practicado todas las disciplinas del hermosísimo oficio de periodista. Yo he sido corrector de pruebas, traductor de cables, emplanador editorialista, columnista, reportero, asistente de reportero gráfico, jefe de redacción, director a ratos. Yo he hecho todas las disciplinas del periodismo. Las he ejercido y con igual alegría en cualquiera de sus sectores.
Mis hijos son los mejores hijos del mundo. Tengo uno de 19 años, Marlon, que apenas prueba una gota de champagne a veces. Y él ha cuidado de mí cuando yo era heroinómano. Era una especie de asistente en los tours cuando tenía 6 y 7. Ha visto todo. Para él no es algo grave, es algo que su padre solía hacer. Pero nos mantuvimos juntos y nos amamos.
Una caridad que le considere como un animal doméstico mimado no será caridad, aunque le trate generosamente
El buen lenguaje clásico llamaba doméstico a todo hombre que servía. Y era justo. El hábito de la servidumbre trae consigo sentimientos de domesticidad, en los cortesanos lo mismo que en los pueblos.
En Italia un mozo de hotel, un aldeano, un facchino que encontréis en la calle, saben hablar, entender, razonar: juzgan de todas las cosas, conocen los hombres, discuten de política; manejan ideas y palabras de una manera instintiva, pero muchas veces con brillantez, siempre con desenvoltura y casi siempre con acierto.
El juramento de un enamorado no tiene más fuerza que la palabra de un mozo de cervecería. Uno y otro no sirven sino para confirmar o certificar cuentas falsas.
Para qué volver sobre el hecho sabido de que cuanto más se parece un libro a una pipa de opio más satisfecho queda el chino que lo fuma, dispuesto a lo sumo a discutir la calidad del opio pero no sus efectos letárgicos
Podría escuchar cien veces tus historias de china...Ella le coge las manos y las apoya en su propia cara, las besa. Le pide que le cuente. El chino cuenta, con los ojos fijos sólo en ella, la pequeña blanche, una historia de la china imperial