Nos acompaña la convicción más profunda de que las ideas pueden más que las armas por sofisticadas y poderosas que éstas sean
La psicología femenina es a ratos retorcida: nos han creado la convicción de que todas las cosas malas del mundo se mantienen al acecho, bregando a colársenos por entre las piernas.
El objeto de la oratoria no es la verdad, sino la persuasión
Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad. La fuerza de persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella.
Tenía la certeza de que me miraba, sin que estuviese seguro de que me viese: distorsión inconcebible: ¿Cómo mirar sin ver? La fotografía separa la atención de la percepción; sólo muestra la primera, aunque es imposible sin la segunda.
La ciencia no nos da certeza absoluta y definitiva. Solamente nos da seguridad dentro de los límites de nuestras habilidades mentales y del estado en el que esté el pensamiento científico
Sabe con toda seguridad que la esencia de todos los Profetas de Dios es una y la misma. Su unidad es absoluta... Honrar a uno más que a otro, exaltar a algunos por encima de los demás de ninguna manera es permitido
A todos ellos les digo que los llevo en mi corazón, que no bajaré los brazos y que pueden tener la absoluta seguridad que no abandonaré la lucha política, que ha sido y es la razón de mi vida.
He adquirido la convicción de que casi todos eran hombres inmorales, malvados, sin carácter, muy inferiores al tipo de personas que yo había conocido en mi vida de bohemia militar. Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada.
Una convicción nunca se acaba, hay que llevarla al abrevadero
Uno aprende haciendo las cosas; porque aunque piense que lo sabe, no tendrá la certidumbre hasta que lo intente.
La eternidad es lo indemostrable. Es por ello que no tenemos, ni podemos tener la certidumbre en el orden de lo trascendental.