La única compensación estaba en el amor, no en el amor obligatorio del parentesco, tantas veces un fardo impuesto por las convenciones, sino el amor espontáneo que de sí mismo se alimenta.
Cuesta sangre romper, levantar cabeza; la compensación comienza con la soledad, pero se ha abierto una brecha. Aguanta
No busques premio, porque tú tienes una gran recompensa en esta tierra: tu alegría espiritual, que sólo el justo puede gozar
La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más