Un pueblo que quiere ser feliz no ha de precisar las conquistas.
Es difícil de precisar la fecha en que las iglesias llegarán a ser simples monumentos y el día en que las cruces, purificadas del símbolo de la sangre judaica, sonreirán inútilmente a la curiosidad estética. Hasta entonces, no tendremos más remedio que soportar en los retornos del alma el soplo sofocante de la fe.
Resolved vuestras diferencias y reducir vuestros armamentos, para que el fardo de vuestros gastos se vea aligerado, y vuestras mentes y corazones logren tranquilizarse. Curad las disensiones que os dividen, y no necesitaréis valeros de armas, salvo para lo que requiera la protección de vuestras ciudades y territorios.
Las corrientes, las cascadas y los saltos, son los grandes fenómenos de la vida del arroyo. No siendo todavía bastante fuerte para regularizar completamente la inclinación de su lecho, y minar las bases de la roca, arrasar los salientes de la piedra y reducir a polvo los cantos esparcidos, tiene el arroyo que salvar estos obstáculos saltando por encima o escaparse por los lados.
Evita la conversación de aquellas personas cuya palabra, en vez de ser trabajo, es placer. Los grandes parlanchines suelen ser espíritus refinadamente egoístas, que buscan nuestro trato, no para estrechar lazos sentimentales, sino para hacerse admirar y aplaudir.
Un día comprendió como sus brazos eran solamente de nubes; imposible con nubes estrechar hasta el fondo un cuerpo, una fortuna.
Yo era libre, como tú, pero quería vivir demasiado. Mira, viento, mi cuerpo está frío y no hay a quién estrechar la mano...
Evita la conversación de aquellas personas cuya palabra, en vez de ser trabajo, es placer. Los grandes parlanchines suelen ser espíritus refinadamente egoístas, que buscan nuestro trato, no para estrechar lazos sentimentales, sino para hacerse admirar y aplaudir.