Damon no era popular en el colegio y yo creía que era un completo capullo. Lo primero que me dijo fue que sus zapatos eran más caros que los míos.
Si no se mantiene un cierto grado de zeteticismo* con respecto a las ideas, por seductoras que sean, sucumbiremos a la hipnosis, como sucumbí yo cuando me metieron en un colegio católico para que formaran las monjas