Una característica típica del estilo zen es que en la acción se compromete a fondo y va hasta las últimas consecuencias. En todo se entrega total y libremente sin consideración de sí mismo. No confunde la espiritualidad con el pensar en Dios mientras uno pela patatas. La espiritualidad zen consiste justamente en pelar patatas.
El Gobierno debe ser libremente elegido por el Pueblo libre. El Pueblo es libre cuando es socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberano.