Mucho has perdido si un amigo has perdido, y será bien dificultoso hallar otro.
También yo me dormiré y entonces quizás te despiertes y pienses esto que yo estoy pensando, tal vez me imaginarás enredada en algún árbol enmarañado de los que sabes que me encantan y me quieras alcanzar tocándome, sacándome del mutismo de estación de radio apagada, volviéndome a traer hacia tu lado, hacia el amor que nos dio el sueño.
¿Nada de amor - ¡De nada! - para mí? Yo buscaba la frase con relieve, la palabra hecha carne de alma, luz tangible, y un rayo del sol último, en tanto hacía luz el confuso piar de mis polluelos.
A su entrada reinó un gran silencio, cesaron todos de bailar y pararon los violines, tanta fue la impresión producida por la extraordinaria belleza de la desconocida y tan grande el deseo de contemplarla. Sólo se oía el confuso murmullo producido por esta exclamación que salía de todos los labios. - ¡Qué hermosa es!
Sentía una enorme y poética admiración, aunque apenas los entendía, por todos los artefactos mecánicos. Eran para él símbolos de belleza y verdad. Sobre cada intrincado mecanismo tornos de metal, carburadores, ametralladoras, soldadores de oxiacetileno aprendía una frase que sonaba bien, y la usaba sin cesar, con la deliciosa sensación de ser un técnico, un iniciado.
Sólo si se conoce la verdad del amor, que es la naturaleza real del Yo, se podrá desatar el intrincado nudo de la vida. Sólo si se alcanzan las alturas del amor, se logrará la liberación. Ésa es la esencia de todas las religiones.
Preguntándole qué fue lo más embarazoso que le ha ocurrido en el mundo del cine Yo recuerdo que estaba haciendo una escena de lucha con espada y olvidé que estaba en un set cerrado en el que estaba mucha gente, así que le dí un puñetazo en la cara a un hombre adulto por accidente, ¡fue muy embarazoso! Quiero decir que fue muy doloroso en ese momento
(...) Pensó en la incomprensible secuencia de cambios y azares que componen una vida, en todas las bellezas y horrores y absurdos cuya conjunción crea el esquema, imposible de interpretar, pero divinamente significativo, del destino humano.
Porque es incomprensible la afirmación de la existencia absoluta de los seres que no piensan, prescindiendo totalmente de que puedan ser percibidos. Su existir consiste en esto, en que se los perciba; y no se los concibe en modo alguno fuera de la mente o ser pensante que pueda tener percepción de los mismos.
La alternativa es inexorable: o soy viajero de las antiguas épocas, y me enfrento con un espectáculo prodigioso que me resultaría casi ininteligible o soy viajero de mi época, precipitándome en la búsqueda de una realidad desvanecida.
Era difícil sumergirse de pronto en el enigmático lenguaje marxista; se diría que hablaban un idioma cifrado.
Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo; todo lo que existe y tal como existe le parece que se explica por sí solo, porque su inteligencia no ha rebasado aún la misión primitiva de servir a la voluntad en calidad de mediadora de motivos
Aquello que es demasiado profundo o complejo para expresarlo literalmente; de forma escrita, puede ser fácilmente comprendido empleando el arte para pintar imágenes y la música, para elaborar melodías.
Este hombre objeto, sin medios de existencia, sin razón de ser, es quebrantado en lo más íntimo de su sustancia. El deseo de vivir, de continuar, se hace más y más indeciso, más y más fantasmal. En este estado de cosas aparece el famoso complejo de culpabilidad.
Al fin todo se hundió...Y tu mirada se torció y se deshizo en un cielo turbio y revuelto... Y ya no vi más que mis lágrimas.
Hemos eliminado elementos que pretendían darle a nuestro movimiento, que debe tener un carácter y un sentido ascético, poético y castrense, un matiz turbio de delincuencia y hampa
El humanista relacionará unos estudios con otros, pues todos ellos tienen entre sí alguna coherencia y parentesco. Será afanoso de saber y jamás le pasará por la mente haber llegado a la cumbre y al cabo de la erudición.
Cuanto más alto hablaba de su honor, más rápidamente contábamos los cubiertos.
Coaticitos: hay una sola cosa a la cual deben tener gran miedo. Son los perros. Yo peleé una vez con ellos, y sé lo que les digo; por eso tengo un diente roto. Detrás de los perros vienen siempre los hombres con un gran ruido, que mata. Cuando oigan cerca este ruido, tírense de cabeza al suelo, por alto que sea el árbol.
Cansa menos andar sobre terreno accidentado que sobre terreno llano.
La noche suena como un órgano. Mis manos incandescen. He apretado los troncos de los árboles. Estrangulé los torsos de las mujeres y rompí la tierra como un vientre. ¡Hoy, hoy! ¡Trueno, sorbo de Dios! Mis brazos se agigantan como trombas oceánicas. Y estoy solo ante mi eternidad, como los dólmenes.
Jamás la falta de fe o el descreimiento han dicho una mentira o apretado el gatillo de un arma
Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar. Gente de mano caliente por eso de la amistad, con uno lloro, pa' llorarlo, con uno rezo pa' rezar. Con un horizonte abierto que siempre está más allá. Y esa fuerza pa' buscarlo con tesón y voluntad.
Por allá se acabo la guerra fría,pero por acá sigue la guerrilla caliente
La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas - búsqueda de todo lo problemático y extraño en el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral.
La vida es agradable. La muerte es pacífica. Lo problemático es la transición.
El que manda quiere que todos sean uniformes, que todos sean parecidos, porque siente que así domina y siente que así no hay nada que este fuera de su alcance. Para mí, eso es un grave error. Hay que aceptar la diversidad, hay que aceptar que el otro piense distinto, hay que aceptar que no te pude convencer. Lo que no hay que aceptar es que el otro deje de luchar y que deje de obedecer en lo mínimo indispensable que exige funcionar todos en común.
Es grave confundir la anestesia con la esperanza; también lo es tomar el noble rábano de la paciencia por las ruines hojas lacias, ajadas, trémulas- de la renunciación.
Bob es muy chistoso... quiero decir que mucha gente se lo toma en serio y sin embargo, si conoces a Dylan, es todo un bufón.
Confiamos siempre en el pueblo. Negaremos siempre fórmulas dadas. Afirmamos siempre que tenemos que cambiar junto a él, y no sólo ofrecerle datos. Experimentamos métodos, técnicas, procesos de comunicación. Superamos procedimientos. Nunca abandonamos la convicción, que siempre tuvimos, de que sólo en las bases populares, y con ellas, podríamos realizar algo serio y auténtico.
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche, el amor viene y encuentra un corazón enredado en los cabellos.
Para echar abajo a un león basta herirlo con una bala o con un dardo; pero una vez que un reptil se ha enredado a la punta de una roca o al tronco de un árbol, hay que arrancarlo a pedazos. En la política es lo mismo; los ministros orgullosos caen al primer tiro; culebras se pegan mucho
El Whisky es el mejor amigo del hombre. Es un cachorro embotellado
Tú, ave peregrina, arrogante esplendor -ya que no bello- del último occidente: penda el rugoso nácar de tu frente sobre el crespo zafiro de tu cuello, que himeneo a sus mesas te destina.
La inspiración es el fruto más delicado de la memoria.
Por un lado, nos encontramos con la administración de este hermoso y sutil planeta increíblemente delicado y frágil. Por otro lado, nos enfrentamos a los destinos de nuestros semejantes, a nuestros hermanos. ¿Cómo podemos decir que somos seguidores de Cristo, si esta doble responsabilidad no nos parece a nosotros la esencia y el corazón de nuestra religión?
Nunca fui de esos novelistas que se sientan a la máquina de escribir y escriben en extenso. Lo mío fue, y sigue siendo, el dibujo laborioso de una escena, y al día siguiente otra, como los collages de Max Ernst o las cajas de Joseph Cornell.
El bizkaíno es laborioso (Vez labradas las montañas hasta la cumbre); el Español, perezoso y vago (contemplar sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación). El Bizkaíno es emprendedor (...); el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale.
Para echar abajo a un león basta herirlo con una bala o con un dardo; pero una vez que un reptil se ha enredado a la punta de una roca o al tronco de un árbol, hay que arrancarlo a pedazos. En la política es lo mismo; los ministros orgullosos caen al primer tiro; culebras se pegan mucho
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche, el amor viene y encuentra un corazón enredado en los cabellos.
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche, el amor viene y encuentra un corazón enredado en los cabellos.
Para echar abajo a un león basta herirlo con una bala o con un dardo; pero una vez que un reptil se ha enredado a la punta de una roca o al tronco de un árbol, hay que arrancarlo a pedazos. En la política es lo mismo; los ministros orgullosos caen al primer tiro; culebras se pegan mucho