Cuarenta años después de una batalla, es muy fácil para un no combatiente razonar acerca de cómo debería haberse peleado. Es muy distinto dirigir personalmente la acción bajo el fuego, mientras se está envuelto en su oscuro humo.
Nunca he rehusado un combate, si continúo viviendo cuando comience el vuestro, yo seré un combatiente más