El silencio es la antesala de la palabra. Sin decir nada, se pueden decir tantas cosas, que, a veces, es mejor callar, y dejar que sea el propio interlocutor el que imagine e interprete lo que se intenta comunicar a través de la magia del silencio.
La Universidad está en la mira de quienes desean que nadie cuestione nada, que todos pensemos igual; es el blanco de aquellos para quienes el saber y el pensamiento crítico son un peligro social, por lo cual utilizan el arma del terror para que ese interlocutor crítico de la sociedad pierda su equilibrio, caiga en la desesperación de los sometidos por la vía del escarmiento