¿Por qué no hablas? preguntó. ¿Por qué estás tan callado? Es una crueldad de tu parte. Tironeó la cortina con gesto caprichoso. ¿No te parece que es una vista hermosísima? Sí. Es hermosísima. Pero yo estaba pensando en lo hermosa que eres tú.
Un buen ensayo debe tener esta cualidad permanente; debe bajar su cortina alrededor nuestro, pero debe ser una cortina que nos encierra dentro, no fuera.