La raíz y causa del terrorismo no está en los agravios, sino en una disposición que conduce a violencia desenfrenada. El origen de esto se puede hallar en un punto de vista mundial que asegura que ciertas metas ideológicas y religiosas justifican, y en realidad exigen, el que uno se desprenda de toda inhibición moral
La destructividad sádica generalizada de nuestra época es el resultado de la prevaleciente inhibición de la vida amorosa natural