La poesía puede hacer realidad un orden, en el que finalmente podemos crecer hasta la dimensión que hemos almacenado mientras crecíamos, un orden que satisface lo que es apetecible para la inteligencia y aprehensible por el afecto.
¡Terrible es la muerte! pero ¡cuán apetecible es también la vida del otro mundo, a la que Dios nos llama!
El gusto de complacer al amigo es diablo tentador
Espero tener siempre suficiente firmeza y virtud para conservar lo que considero que es el más envidiable de todos los títulos: el carácter de Hombre Honrado.
Si llenas un minuto envidiable y certero de sesenta segundos que te lleven al cielo...Toda esta tierra será dominio tuyo y aún mucho más, serás hombre, hijo mío.