Y en esta hora fría, en que la tierra trasciende a polvo humano y es tan triste, quisiera yo tocar las puertas, y suplicar a no sé quién, perdón, y hacerle pedacitos el pan fresco aquí en el horno de mi corazón...
Aprovechaba el momento de emoción y descuido del alma cándida, conquistaba con inteligencia y pasión, sabía esperar una caricia involuntaria, suplicar o exigir una confesión, captar el primer latido del corazón, perseguir el amor, lograr de repente una entrevista secreta y después dar a solas lecciones en silencio.
Los canadienses deberían rogar porque los Estados Unidos no se viren dormidos una noche y los aplasten. Deben sentirse dichosos de que les permitamos existir en el mismo continente.
Despertarse, es lo máximo que se le puede pedir a la gente. Despertarse y salir de la cama
Los Líderes de Excelencia saben que poseen el más valioso de todos los maestros dentro de ellos mismos y están conscientes que Nadie puede dar lo que no posee, y cumplen con una premisa fundamental en el arte de dirigir jamás pedir a un subordinado lo que ellos mismos no son capaces de hacer, manejan una atención consciente de cada una de sus acciones y son los más exigentes con ellos mismos.
El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quiero- o hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos.
La democracia, para mí, no es una media palabra. Es una palabra completa. Algunos entienden por democracia apenas el derecho del pueblo a gritar que tiene hambre. Yo entiendo por democracia no sólo el derecho de gritar contra el hambre sino el derecho de comer. Esa es la diferencia fundamental. Democracia, para mí es permitir el derecho de adquirir conquistas, y no sólo el derecho a la protesta.
No debe lamentarse la muerte, debe lamentarse la vida destinada a la lucha y a una vida miserable.
Sólo como guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento. Un guerrero no puede quejarse o lamentarse por nada. Su vida es un interminable desafío, y los desafíos no pueden ser bueno o malo. Los desafíos son simplemente desafíos.
El genio no es planta que brota únicamente en los centros académicos; es flor salvaje que nace en el bosque por sí sola, sin requerir ayuda ajena
La televisión, por contra, presenta a sus espectadores una representación de la realidad mucho más formada, sin requerir la colaboración creativa que las palabras siempre han exigido.
Quise gritar, pero no pude proferir ningún sonido. Esto duró algún tiempo. Por fin un reloj dio las doce, e inmediatamente vi entrar a un demonio con cuernos de fuego y una gran cola inflamada llevada por algunos diablillos que lo seguían. Ese demonio tenía un libro en una mano y una horquilla en la otra.
Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas.
Yo soy la víctima de una persecución que me han hecho Menem y Yabrán. Lo único que me pueden reclamar es que nunca encubrí los actos de delincuencia, corrupción y del crimen organizado
Doy gracias por haber sobrevivido. Por haber conocido la desgracia. Por haber dejado de ser el que fui. No quiero olvidar el común destino de los hombres ni reclamar para mí una suerte especial. Quiero encontrar el camino de la justicia y librarme de lo superfluo y no conservar sino lo que merezca ser conservado. Quiero utilizar mi cólera y tener esa fuerza que sólo da el silencio.
Querrá sepultar la cara entre sus manos y llorar y gemir rogando una piedad que sabe que no existe
Un día... Sobre el llanto acumulado de los seres y la eterna conmoción de los mares, se alzará la savia límpida y clara de la vida y volverá a gemir alegremente la armonía y la esperanza. Del Universo se levantará el himno más intenso y alto para cantar la grandeza del hombre
Lo extraño en este mundo es que un tipo aplicado, sin la menor idea original, que copia a los que tienen autoridad sobre él hasta el nudo de la corbata o arruga de la barbilla, siempre logra llamar la atención. Es elegido. Asciende
París responde a todo lo que el corazón desea. Uno puede divertirse, aburrirse, reír, llorar o hacer lo que se le antoje sin llamar la atención, puesto que miles de personas hacen otro tanto...y cada uno como quiere