Para el habitante de Nueva York, Paris o Londres, la muerte es palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente
Un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país.
La composición total es una tentativa de crear un nuevo paisaje urbano mezclando pedazos fuertemente geométricos y simbólicamente cargados. El resultado es una constelación de formas geométricas bien definidas que compongan una nube con forma indeterminada.
Es duro pensar que quizá no hay futuro para un poeta urbano en un mundo con Gran Hermano.(Es de Nach)
Una vibración profunda conmueve todas mis fibras patrióticas al contemplar la resurrección del espíritu cívico en la heroica ciudad de Buenos Aires.
El crimen tiene una historia respetable: el Londres de Shakespeare, la Florencia de los Medici. Nidos de asesinatos, venenos y ejecuciones con garrote. Dime una época en que haya florecido el orgullo cívico y las artes y no hubieran crímenes generalizados.
El deber de cada súbdito pertenece al rey, menos su conciencia.
El jefe maneja a la gente; el líder la prepara. El jefe masifica a las personas, las convierte en número y en fichas deshumaniza súbdito por súbdito hasta quedarse con un rebaño sin rostro ni iniciativa. El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los trata como personas, no los usa como cosas.