... la naturaleza humana está hecha de tal suerte que cualquiera (sea rey o súbdito) que haya obrado mal procura rodear su acción de tales circunstancias que parezca que no ha cometido nada injusto ni indecoroso.
El buen cristiano se guardará del astrólogo y todos aquellos que hacen profecías vacías, sobre todo si aciertan. Se corre el peligro de que hayan hecho un pacto con el diablo para engañar al espíritu y confinar al hombre en el infierno