Ya me he cansé de hacer el primo. Hoy es primordial mi dignidad, voy a asesinar lo que he sido...
Parece un absurdo que las leyes, esto es, la expresión de la voluntad pública, que detestan y castigan el homicidio, lo cometan ellas mismas, y para separar a los ciudadanos del intento de asesinar ordenen un público asesinato.