El hombre malo puede decantarse a veces hacia el lado de la razón; pero le resulta casi imposible no hacer cuanto conviene para inclinarse a la maldad.
La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás.
Amar es inclinarse a obtener el placer de la perfección.
Cuando el ánimo está en suspenso, un ligero impulso le hace inclinarse a un lado o a otro