El componer pierde el carácter de trabajo totalmente, se convierte en beatitud pura.
A la una los pies beso y al otro las manos pido: pues en ellas veo que están, según mi ventura quiso, las llaves del paraíso de este venturoso Adán.
Quiero gloria y por ella abandono hoy mi patria, mañana mi felicidad, un día la vida. Quiero que digan: En esa isla nació un hombre que amó la verdad, que anhelaba la justicia, que buscaba la ventura de los hombres.
No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.
No se exige a sí mismo lo imposible, pero sí se exige a sí mismo hasta el último gramo de lo que es posible. Renuncia a descansar contento con su alma defectuosa, encogiéndose de hombros en autodesprecio con un yo soy así. Él sabe que ese yo ha sido creado, y que es alterable, por él mismo.
Busca la satisfacción en lo que haces, no en el resultado.
Nunca he sentido que algo realmente importase, pero sí la satisfacción de saber que las cosas que apoyaste y en las que creías las habías conseguido de la mejor forma que habías podido.
En historia el nombre de dios es la terrible maza histórica con la cual todos los hombres divinamente inspirados, los grandes genios virtuosos han abatido la libertad, la dignidad, la razón y la prosperidad de los hombres.
Los remordimientos se adormencen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
Que tu verso sea la buena ventura esparcida al viento crispado de la mañana que va floreciendo menta y tomillo...Y todo lo demás es literatura.
El aburrimiento no está lejos del goce: es el goce visto desde las costas del placer.
El temperamente sanguíneo me hizo muy sensible a los atractivos de la voluptuosidad; estaba siempre alegre y siempre dispuesto a pasar de un goce a otro nuevo, siendo, al mismo tiempo, muy ingenioso para inventarlos.
Por ejemplo... A veces, estando conmigo a solas, con tus manos entre las mías... Como ahora... Hemos pasado horas enteras en silencio. Sin decirnos una sola palabra, pero sin sentir el vacío entre nosotros. Y a eso llamo yo cariño, ¿comprendes? A esa plenitud tranquila, que sólo siente uno... Entre los suyos.
Agua de sol, cencerros de horizontes enlazaban la intensidad armónica de nuestros cuerpos claros y vigorosos, en plenitud de luces infinitas.
De este real paraíso verde jaula es un laurel de tres dulces ruiseñores que cantan a dos y a tres.
Nada puede hacerme sufrir más que el espectáculo del amor. Yo solo, frente al mundo, fuera del mundo, en el mundo intermedio de la nostalgia fúnebre, de las aguas maternas, del gran claustro, del paraíso perdido; frente a ti y lejos, tan lejos que ya nada puede salvarme, ni la muerte.