La potencia al golpear viene de una torsión rápida de la cintura, y no de un movimiento oscilante de balanceo.
Sobre la superficie de una corriente rápida es imposible distinguir los reflejos, tanto próximos como lejanos; aunque el agua no sea turbia, aunque la espuma no la cubra, la constante oscilación de la corriente, el inquieto burbujear del agua hacen que los reflejos sean deformes, imprecisos, incomprensibles.
El derecho a la oscilación de mi puño termina donde comienza la nariz del otro hombre.