Era amor puro, sin posesión ni celos; nadie consigue atar a un trueno, nadie consigue apropiarse de los cielos del otro en el momento del abandono.
El comunismo no priva al hombre de la libertad de apropiarse del fruto de su trabajo, lo único de lo que lo priva es de la libertad de esclavizar a otros por medio de tales apropiaciones.
Cada descubrimiento y progreso, cada incremento en la riqueza de la humanidad, se origina en el conjunto del trabajo manual y cerebral de ayer y hoy. Entonces, ¿Qué derecho tiene nadie de apoderarse de una partícula de ese todo y decir: Esto es mío y no vuestro?
En su 137o aniversario, con Maceo decimos: quien intente apoderarse de Cuba recogerá el polvo de su tierra anegado en sangre, si no perece en la contienda.
No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana. En otras épocas, los humanistas reemplazaron a los sacerdotes que, en tiempos turbios y antihumanos, pudieron arrogarse la dirección de la juventud. Desde entonces, señores, no ha surgido otra clase de educador.
¡No se puede monopolizar el patriotismo!
Tengo miedo de mirar mi dolor. No vaya a ser que me quede demasiado grande. Prefiero calzar mi deber como una valentía de espuelas e hincando mi pereza, que quisiera morir cobardemente, andar con frente firme ante la pampa yerma del dolor de los otros. Sólo así quiero merecer.
Estoy harto de que sólo me hablen de dinero, dinero, dinero, dinero y más dinero. Tíos, sólo quiero jugar a baloncesto, beber Pepsi y calzar unas Reebok.