No se puede decir cuánto tiempo duró aquel áspero trabajo, porque esa clase de trabajos no pueden medirse en días o meses.
Y la simplicidad de este sueño se enriquecía con el nombre de Brasil que, áspero y caliente, proyectaba ante él una costa sonrosada y blanca, cortando con aristas y perpendiculares al mar tiernamente azul.
Tenían el aspecto de haber contraído una enfermedad monótona y tediosa, habían olvidado el idioma de los animales y el ritmo de las cosechas.
Habéis contraido una gravísima responsabilidad legalizando el Partido Comunista: la historia os pedirá cuentas.