El que pretende dirigirse a la humanidad, o es un tramposo o este equivocado. La pretendida comunicación se cumple o no; el autor no es responsable, ella se da o no por añadidura. El que quiera enviar un mensaje -como se ha reiterado ya tantas veces- que encargue esta tarea a una mensajería.
En la gran mesa de juego que es la vida, el incómodo no es el tramposo -que se limita a jugar de una determinada manera, pero participa- sino el que rompe la baraja.
Parece que el lugar insidioso fue de Natura para engaños hecho, ciego, inútil, oculto y temeroso, sólo para asechanzas de provecho, a un lado el monte es áspero y fragoso, y entre sus peñas va un camino estrecho, debajo un campo llano y apacible a las faldas se ve del monte horrible.
La verdad es que no hay nada tan engañoso como la naturaleza humana. Juzgándola solo por su apariencia, era difícil de creer que algo tan bello pudiera ser a la vez tan cruel. (...) No puede uno fiarse de las apariencias.
Y hoy, no hay mayor ignorancia destructiva a mano que el ampliamente engañoso concepto conocido como: economía moderna
La futura estela del animal a través de la tiniebla está casi tan establecida para la sagaz mente del cazador como la costa para el piloto. De modo que era esta prodigiosa habilidad del cazador, la proverbial fugacidad de una cosa escrita en el agua, una estela, es tan de fiar, a todos los efectos deseados, como la tierra firme.
Tu espejo es un sagaz te sabe poro a poro, te desarruga el ceño te bienquiere te pule las mejillas te despeina los años, o te mira a los ojos te bienquiere te depura los gestos te pone la sonrisa te transmite confianza te bienquiere, hasta que sin aviso sin pensarlo dos veces se descuelga del clavote destroza
A los cántabros nos llaman cuco. El cuco es un pájaro, en el norte de España... bueno supongo que en el resto también, si hay cuco. Bien, pues el cuco es un pájaro que el muy puñetero pone los huevos en el nido de otro y éste se los cría. Nuestras abuelas iban a parir a Barakaldo, al País Vasco, para librar a sus hijos de la guerra
Un cuco llama y entre los densos bambúes veo la luna.
Cuando uno se complace en el acto de la figuración épica, la verdad es percibida como lenguaje falsario de los traidores.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
No consigo recordar cómo pude llegar de la orilla hasta mar adentro... ¡Ah, sí, ya lo recuerdo! He muerto en el naufragio de tu barco de guerra traicionero y resucité al tercer día en el psiquiátrico, absurdo invento...
Más traicionero que la política sólo la justicia. Por eso andan siempre juntas, de la mano.
El dinero es un estiércol estupendo como abono, lo malo es que muchos lo toman por la cosecha.
Lo único que puedo asegurar es que en ninguna ocasión, ni siquiera en los más críticos bretes, he visto, conforme suele contarse, pasar ante mí mi vida entera como si fuera una película, lo que siempre es un alivio, porque bastante malo es de por sí morirse para encima morirse viendo cine español.