El que se deja llevar por el ímpetu del arrebato será siempre un juguete de sus pasiones y un esclavo del primero que sepa observarle.
El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica.
Sus cortas telas de seda, sus largas faldas de cola, su elegancia, su alegría, y sus blandas y azules sombras, giran en el torbellino del éxtasis de una luna gris y rosa, y la mandolina murmura en los temblores de la brisa.
Hasta hoy, la literatura exaltó la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso ligero, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.
El asombro es la base de la adoración.
La ciencia hace a la gente tratar de luchar desinteresadamente para llegar a la verdad y la objetividad, enseña a la gente a aceptar la realidad, con asombro y admiración, por no mencionar el asombro y alegría que el orden natural de las cosas produce en el verdadero científico
El amor verdadero consiste en un olvido absoluto de la ley de la especie, logrado mediante la gozosa enajenación de las almas en la comunión eterna y elevada.
Tal vez ninguna persona puede ser un poeta, o incluso disfrutar de la poesía, sin una cierta enajenación mental.
El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.
Las bebidas no son sólo alimentos. Desempeñan, desde siempre, un papel estimulante, de instrumentos de evasión; a veces, como ocurre entre ciertas tribus indias, la embriaguez llega incluso a ser un medio de comunicación con lo sobrenatural.