¡Sol, oh sol, oh sol mío! Necesito tu cálida vibración. Tengo enferma la luz de la palabra; de mí sale brumosa, y yo la quiero diáfana.
La joven vida respira sobre el cristal, el mundo que no era viene para irse, un niño duerme, un viejo se marcha, oh padre renegado, perdona a tu hijo.