Se había acostumbrado a depositar esperanzas en descubrimientos misteriosos y extraordinarios, y por eso se había metido por los callejones estrechos y retorcidos de la sensualidad. No por una perversión, sino movido por una situación espiritual todavía desprovista de meta.
A pesar de que ella me rechaza, yo mantengo una actitud firme y resolutiva, coherente con lo que en un principio me ha movido hasta ella. Me pareció alguien interesante, y si me interesó en un primer momento no pude dejar de interesarme porque no sea mutuo.