El periodismo es un borrador de la literatura...Y la literatura es el periodismo sin el apremio del cierre.
Para Francisco la relación de Irene con su novio era apenas la suma de dos soledades y de muchas ausencias. Decía que cuando tuvieran ocasión de permanecer juntos durante un tiempo, ambos comprenderían que sólo los unía la fuerza del hábito. No había urgencia alguna en ese amor, sus encuentros eran apacibles y demasiado largas sus separaciones.
Cartagena necesita con urgencia una revolución, una transformación radical, aquí se palpa aún la exclúsión, el racismo, la segregación del siglo 21, donde los pobres y los negros son expulsados fuera de las murallas de la ciudad linda, para que se ahoguen en la pobreza.
En aprieto y en lugar estrecho no es fácil retirarse en el momento de peligro ni revolver los barcos, que es toda la obra y arte de las naves ligeras y de buenos marineros; antes es forzoso combatir como si estuviesen en tierra firme entre gente de infantería, y en tal caso, los que poseen más naves tienen más ventaja.
¿Por qué tiene la voluntad influjo sobre la lengua y los dedos y no sobre el corazón y el hígado? esta pregunta nunca nos pondría en un aprieto si fuéramos conscientes de un poder en el primer caso, pero no en el último.
No creo que exista conflicto alguno entre la condición de católico y la necesidad de cumplir con los deberes que nos impone la Constitución.
El conflicto armado entre naciones es una pesadilla a mí, pero si estuviese convencido de que una nación se ha preparado para dominar el mundo por miedo a esta fuerza me parece que debe ser resistida.
La dificultad del matrimonio no es enamorarse de una personalidad, sino vivir con un personaje.
Lagrange, en uno de los últimos años de su vida, pensó que había superado la dificultad (del axioma de las paralelas). Se retiró para escribir un documento, que se llevó con él al Instituto, y comenzó a leerlo. Pero algo en el primer párrafo le hizo ver que no había observado un detalle, y murmuró:. Il faut que j'y songe encore, y se guardó el papel en el bolsillo
Izquierda y derecha son dos conceptos del pasado que sólo servían para hacerte un lío en las urnas y acabar votando a Jesús Gil.
Entonces ahora con todo el lío este que ha habido con la Ley Sinde, estos internautas frikis que se dedican a meter maraña en todo estos asuntos no han sido capaces de recaudar 30.000 firmas en contra de la ley, y somos 24 millones de internautas. ¿Qué está pasando? ¿A quién representan? ¿Para quién trabajan?
Los científicos tienden a resistirse a las investigaciones interdisciplinarias en su propio territorio. En muchos casos, tal estrechez de miras se basa en el temor a que la intrusión de otras disciplinas ejerza una competencia desleal por unos recursos financieros limitados y por lo tanto disminuya la propia oportunidad para la investigación
Aquel que arrebata la libertad a otro es prisionero del odio, está encerrado tras los barrotes de los prejuicios y la estrechez de miras. Nadie es realmente libre si arrebata a otro su libertad, del mismo modo que nadie es libre si su libertad es arrebatada. Tanto el opresor como el oprimido quedan privados de su humanidad.
Jimmy, seamos realistas. No es posible garantizar un mínimo acceso de la población a los alimentos si ésta se expande indefinidamente. El Homo sapiens sapiens no parece capaz de limitar su propagación. Es una de las pocas especies que no limita su reproducción ante la escasez de recursos. En otras palabras y hasta cierto punto, por supuesto, cuanto menos comemos, más follamos.
La astucia, que es parte del ingenio, se usa muchas veces para suplir la escasez de éste.
Es una gran riqueza para el hombre vivir parcamente y con ánimo sereno, porque así no tendrá jamás penuria del poco
Y yo pregunto a los economistas políticos, a los moralistas, si han calculado el número de individuos que es necesario condenar a la miseria, al trabajo desproporcionado, a la desmoralización, a la infancia, a la ignorancia crapulosa, a la desgracia invencible, a la penuria absoluta, para producir un rico
Tampoco estamos dispuestos, como dice el proverbio, a elegir a nuestro propio carnicero. Estamos decididos a defender nuestras vidas con toda nuestras fuerzas, sin importarnos si el resto del mundo ve la necesidad de esta batalla o no. ¡La guerra total es, por lo tanto, la orden de la hora presente!
Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.
Al fin y al cabo, ¿qué es la guita? La guita no tiene dueño y pasa de mano en mano. Para mí es un asunto fundamental hasta que se firma el contrato. Después se acaba el tema del dinero y lo único que me importa es pelear de tal manera que nunca pueda sentir vergüenza de mí mismo
Y si alguna de las cosas que decimos las explota el enemigo y nos producen profunda vergüenza, ¡bienvenida sea la vergüenza!... ¡bienvenida sea la pena!, si sabemos convertir la vergüenza en fuerza, si sabemos convertir la vergüenza en espíritu de trabajo, si sabemos convertir la vergüenza en dignidad, si sabemos convertir la vergüenza en moral
Su hermano se acercó a la ventana y, mientras contemplaba a aquellos cientos de personas que trajinaban o deambulaban a lo lejos, reparó en que todos -los niños pequeños, los niños no tan pequeños, los padres, los abuelos, los tíos, los hombres que vivían en las calles y que no parecían tener familia- llevaban la misma ropa: un pijama gris de rayas y una gorra gris de rayas.
Lo más grande va sin reparo con lo más pequeño. Lo mediocre va solo
La vacilación es el más vehemente indicio de la debilidad de carácter
Sembrar el terror... eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros
Cuando cometo alguna tropelía siempre encuentro algún idiota dispuesto a justificarlo en Derecho.
Cuando, entre las demás, de mi señora viene, a veces, Amor en el semblante, cuanto en belleza va ella por delante, tanto crece el afán que me enamora.
Te buscó mi fe en la oscuridad sin saber por qué. Te soñó mi afán en la soledad sin querer sonar. Te llamó mi voz y tu voz me respondió y en tu voz hallé fe para esperar tu amor.
El beso del amor ahogó la voz de la razón.
Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, tus grandes pies hermosos, tu espinazo de yegua de Faraón, y es tan difícil este resuello, tú me entiendes: asma es amor.
El reclutamiento de cada granuja errante... para llevar fuego y espada y ultraje y todo atropello concebible entre los súbditos más pacíficos del rey de Francia. Las narraciones de las crueldades y abominaciones de esta cruzada son mucho más terribles de leer que cualquier narración del martirio de los cristianos a manos de los paganos.
Lo que hago, es lo que me pide el cuerpo: nada más. Yo estaba aquí, esto era un atropello y me negué a permitirlo. Los responsables han convalidado que tengo la razón, los bien intencionados, los que fueron herramientas menos comprometidas.
El socialismo es un compromiso con la igualdad, con la libertad y con la justicia; y todo ello a través de algo muy importante: la democracia
Tengo un compromiso histórico con Víctor Raúl Haya de la Torre. Ya no les fallaré.
He visto arder la biblioteca de Sarajevo, he visto tipos muy poderosos hoy, que al día siguiente pedían de rodillas que no les matasen, he visto mujeres bellísimas, que eran las reinas de la fiesta, prostituirse al cabo de un mes por un paquete de cigarros. Y cuando uno ha visto esas cosas, las tienes en la memoria y con ellas escribes novelas, te das cuenta de que la posteridad importa muy poco.
Cuando hay libertad del condicionamiento mecánico, hay simplicidad. El hombre clásico es sólo un paquete de rutina, de ideas y de tradición. Si sigues el patrón clásico, estás entendiendo la rutina, la tradición, la sombra. No te estás entendiendo
Quiero ser las dos niñas de tus ojos, las metálicas cuerdas de tu voz, el rubor de tu sien cuando meditas y el origen tenaz de tu rubor.
Se me ocurre tu nariz sobre mi frente, tu boca sobre mi corazón, tus dientes clavados en mi aire y no se me ocurre decirte que te quiero porque resulta obvio entre silencios de rubor y palabras opiniones sobre lo que realmente no me importa ni me ocurre.
Si entre nosotros fue la revolución de Octubre una lucha contra un aparato estatal que aún no había tenido tiempo de formarse desde Febrero, en otros países la insurreción tendrá contra ella un aparato estatal en trance de dislocación progresiva.
Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente
trabajo mal pago es trabajo ineficiente y pobre, en todas partes del mundo.
Siempre hay que tratar a los empleados exactamente como queremos que ellos traten a nuestros mejores clientes. Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón. En el corazón están su lealtad y su entusiasmo. Tampoco se puede comprar su cerebro. Allí están su creatividad, su ingenio, sus recursos intelectuales.
Éste es el requisito para que la guerra pueda tener un final satisfactorio: que la crisis en el campo enemigo estalle antes de que nosotros hayamos caído.
La idea de que las crisis poseen tanto un aspecto negativo como otro positivo, la expresa muy bien la palabra con la que la designan los chinos, wei-chi. La primera parte de la palabra significa cuidado, peligro. La segunda parte, sin embargo, tiene una connotación muy distinta; significa oportunidad de cambio.
Este aforismo deslumbrador que yo lancé hace bastantes años a la circulación ha tenido tanto éxito que yo mismo me he visto obligado a elogiarlo varias veces: todas las que lo he visto publicado con la firma de otro escritor cuidadosamente puesta debajo
Yo no cabía en mí de satisfacción, presa de una alegría extraña. Me sentía relajado. El mundo estaba lleno de gente la mar de divertida. El barman delgado echó una mirada en mi dirección y le hice un guiño de complicidad amistosa. Cabeceó con ademán de comprensión. Lancé un suspiro y me retrepé en la silla, reconciliado con la existencia.
El beso del amor ahogó la voz de la razón.
Corazón aquietado como el alma en silencio; oigo apenas el ruido muy lejano del mundo como un eco remoto que se ahogó en la distancia y que traen los vientos al oído inseguro.