La Cruz es de Dios, y no debemos sólo mirarla sino conformarnos con ella, como haríamos con una persona con la que nos viéramos obligados a convivir. Sin pensarlo más, hay que cargar con ella dulcemente, tomando las cosas con sencillez, como venidas de la mano de Dios, sin más reflexiones. Desnudez y pura simplicidad de espíritu
Estoy ocupado, más ocupado que nunca y si tengo que esperar 30 o 40 segundos o más para cargar un juego, me desespera. Y, a veces simplemente no puedo esperar