Un hombre debe vivir como una gran llama brillante y quemarse tan intensamente como pueda. Al final se quema. Pero esto es mucho mejor que una pequeña llama mediana
Si un hombre quiere llegar lejos en el camino místico, debe aprender a desear a Dios intensamente pero en quietud, pasivamente, aunque con todo su corazón, su espíritu y su fuerza.