Tenemos tres hermosos hijos y todo nuestro tiempo gira en torno a hacerlos felices y asegurarnos de que están bien y sanos, así que estamos la mayor parte del tiempo con ellos
Cada una de esas circunstancias necesarias al acontecimiento del hecho se conforma en torno a su imposibilidad, haciéndolo posible. Todas concuerdan entre sí. Ninguna falta o sobra cuando el hecho tiene lugar. (...) Las cosas, las circunstancias, (...) están allí sólo para ceñir, como circunstancias, al hecho que ocurre en su interior.
¿Cómo no será absurdo que cuando uno es feliz no se reconozca con verdad la felicidad que posee por no querer declarar felices a los que viven, a causa de las mudanzas de las cosas y por entender la felicidad, mientras las vicisitudes de la fortuna giran incesantemente en torno de ellos?
Así conversábamos en torno de la mesa del café, sombríos y gozosos de nuestra impunidad ante la gente, ante la gente que no sabía que éramos ladrones, y un espanto delicioso nos apretaba el corazón al pensar con qué ojos nos mirarían las nuevas doncellas que pasaban, si supieran que nosotros, tan atildados y jóvenes, éramos ladrones... ¡Ladrones!
Es un hecho incontrastable que hace aproximadamente I.700 años toda la humanidad era politeísta.
Conseguimos obtener así la fórmula estadística para conocer aproximadamente la posición de un eléctron en un instante determinado. Pero, personalmente, no creo que dios juegue a los dados.
El marxismo es esencialmente político, se propone cambiar la estructura político-social de la polis. Esto sólo puede hacerse a través de una revolución (más o menos violenta, más o menos pacífica) para lo cual se necesita contar con una fuerza que no puede ser otra que la del proletariado.
No hay hombre ninguno innecesario, todos somos más o menos útiles según determinadas circunstancias.
Y tú, como piloto descuidado, que en medio del mar Jonio mal seguro, cuando más lo alborota el Austro airado en el cielo poniendo un velo obscuro, reposa y el timón deja olvidado, sin prevenir remedio al mal futuro ¿Tan descuidado duermes, olvidando las armas que te están amenazando?
Porque solo puede morir lo que vive; y así como el andar es una sucesión de pequeñas caídas, así la vida no es sino una sucesión de muertes
Hacia tus pies resbalo, a las ocho aberturas, de tus dedos agudos, lentos, peninsulares, y de ellos el vacío de la sábana blanca caigo, buscando ciego y hambriento tu contorno de vasija quemante.
Donde el silencio ya no dice nada porque nadie lo oye; a esta hora que no es la noche aún sino en los vacuos rincones en que ardieron nuestros ojos; donde la rosa no es ya sino el nombre sin rosa de la rosa y nuestros dedos no saben ya el contorno de las frutas ni los labios la pulpa de los labios.
El proceso de desintegración avanza en riguroso orden desde la periferia al centro, de forma que el desprendimiento de las últimas posesiones ultramarinas parece ser la señal para el comienzo de la dispersión intrapeninsular
Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres
Los sentimientos en torno al arte son una forma más elaborada de religión. Están destinados a ser la víctima de los embates racionalistas futuros.
Hasta entonces indiferente a lo que pasaba en torno suyo, ahora parecía participar de la vida, de todo lo que la rodeaba; pasaba horas enteras contemplando el cielo, como si recién ahora hubiese descubierto que era azul y bello, que el sol lo iluminada de día, que se recamaba de estrellas a la noche.