Uno debe querer a quien conduce. Por eso hay que incluir al que no protagoniza y entender que los rebeldes no nos desafían, sino que simplemente están informándonos. Lo que no podemos permitir es que (los jugadores) dejen de luchar. El desborde, el desorden, lo que pase está admitido. Los choques, los bailes. Lo que no está permitido es que dejen de luchar. Si luchan por el objetivo de todos, merecen estar.
A medida que un organismo aumenta su complejidad, el ritmo de lucha y consumación en la relación con su medio tiene variaciones y prolongaciones, y llega a incluir dentro de sí una interminable variedad de subritmos. Los designios de la vida se amplían y se enriquecen, la satisfacción es más compacta y tiene matices más sutiles.
Es aconsejable pedir perdón y rectificar cuando se mete la pata
Errar es natural, para rectificar el error es la gloria.
Durante las horas de perdición tuve el valor de no componer ni organizar. Y sobre todo, el de no prever.
Hay una diferencia entre ser poeta y escribir poemas. Empecé a componer como entretenimiento y, con sorpresa, fui descubriendo que aquella verdad interior que yo sentía se plasmaba sobre el papel y me pertenecía...Es un momento mágico.
No me interesa formar parte de la cultura dominante, pero eso no significa que sea anarquista. Me gusta que exista porque de lo contrario no sería divertido ir contra ella.
Entre los innumerables arroyos que corren por la superficie de la tierra y se precipitan en el mar o se reúnen para formar grandes ríos, éste, cuyo curso vamos a seguir, no tiene nada que particularmente atraiga la atención de los hombres.