Todo ser vivo es también un fósil. Dentro de él, todo el camino hasta la estructura microscópica de sus proteínas, conserva las huellas y hasta los estigmas de su ascendencia
Querido pueblo rumano: estoy orgulloso por haber nacido y vivido en una nación de doble ascendencia imperial, con un pasado doblemente milenario.
Al margen de mi prosapia y opulencia, oso decir que soy un adonis, pese a ciertos defectos, como que mido tan solo un metro y medio y peso cuarenta y cinco kilos, que ando algo desdentado, mondo y lampiño, además de un poco bizco y significativamente cojitranco. Pero hasta el sol tiene sus manchas.
Se puede conceder un cierto privilegio moral a la aristocracia a expensas de la burguesía, pues la primera reconoce sincera y abiertamente la desigualdad, considerándose una raza superior y privilegiada, mientras la segunda disimula su situación de favorecida.
La monarquía degenera en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la democracia en violencia y anarquía.
La maldad aún con nobleza es digna de desprecio.
No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganás, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando perdés sucede todo lo contrario, hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal.
¿Cómo conquistar bastiones y abatir la felonía, si el honor y la hidalguía se fueron de vacaciones?