Pero aunque el mundo desdeña a los balleneros, sin embargo, y sin tener conciencia de ello, nos rinden el más encendido homenaje. Pues casi todos los cirios, lámparas y bujías que arden en los confines del globo lo hacen, para gloria nuestra, con aceite de ballena
La grandeza de Mahoma está en haber conquistado la mitad del globo en diez años, mientras que el cristianismo necesitó trescientos para establecerse.