... la naturaleza humana está hecha de tal suerte que cualquiera (sea rey o súbdito) que haya obrado mal procura rodear su acción de tales circunstancias que parezca que no ha cometido nada injusto ni indecoroso.
Hasta cuando podemos cerrar los ojos, los debemos mantener abiertos...
La forma de ver mediante la fe es cerrar el ojo de la razón.