La flecha de mi vida ha clavado sus rumbos en tu pecho y esquivo entre tus brazos el acecho de las cien rutas que mi paso olvida.
Mi corazón único y noble tiene sus testigos en todos los países del amor que a tientas despertarán; y cuando el sueño ciego caiga sobre los sentidos en acecho será sensual el corazón aunque haya cinco ojos que se quiebren.