Soy especial: me importa mucho la opinión del otro, y en ocasiones me causa mucho daño lo que lleguen a pensar de mí. Por eso también me trauma tanto dirigir: porque es un acto público y me expongo cada vez que mi equipo sale a la cancha. No me gusta que me odien o que me insulten; o siquiera que me interpreten mal.
Las flores más bellas son en ocasiones las más peligrosas
Que ocasionalmente violemos nuestro propio código moral, no implica que no seamos sinceros al defender ese código.
No es algo malo que los niños, ocasionalmente y en forma cortés, pongan en su lugar a sus padres.